Los “impuestos verdes” en el sector aéreo supondrían la pérdida de 11 millones de turistas
Alba Sanz, Aviaciondigital.– Los representantes y líderes del sector aéreo, hostelero y turístico, ALA y CEOE, se dieron cita ayer, para presentar los resultados del informe encargado a la consultora Deloitte, durante el transcurso del evento “Volando hacia un futuro sostenible”, y tras el cual se analizaron los retos presentes y futuros en clave económica.
El objetivo, hacer un análisis de las repercusiones de las diferentes implementaciones de las políticas sostenibles de la Comisión al sector aéreo y, por ende, su efecto en uno de los sectores clave: el turismo.
Cuando quedan menos de treinta años para que el sector de la aviación cumpla con los objetivos climáticos de Europa para el año 2050, los desafíos son múltiples, y el fin, de acuerdo con la Comisión Europea, es hacer que los aviones consigan operar sin emisiones, un reto ambicioso que ya se ha puesto en marcha desde Europa, en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El «impuesto verde” implicaría 7,85 euros más en los billetes de avión
Así, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi y el presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), Javier Gándara, han abierto la jornada de la presentación resaltando “el gran apoyo que existe desde el sector aéreo en la reducción de las emisiones contaminantes”.
Sin embargo, algunas de las propuestas planteadas desde Europa cuentan con diferentes opiniones y planteamientos dentro del sector aéreo. Una de las más controvertidas es el llamado “impuesto verde” en los billetes de avión, que implicaría 7,85 euros más, según propone el Libro Blanco para la Reforma Tributaria. Para los expertos este tipo de impuesto apenas tendría repercusión a nivel medioambiental y, además, afectaría negativamente al sector turístico, por la consiguiente subida que experimentarían los precios de los billetes de avión.
«eN el objetivo de la descarbonización no tiene lógica que se impongan impuestos añadidos”
Antonio Garamendi, presidente de la CEOE
De acuerdo con Garamendi, son “20 millones de personas las que se acercan a España, 8 de cada 10 volando (…) en el objetivo de la descarbonización no tiene lógica que se impongan impuestos añadidos” ha asegurado, ya que, en su opinión, “la transición se va a llevar a cabo sin necesidad de este tipo de impuestos”.
Otra de las medidas discutidas ha sido la implementación de queroseno sintético. Para ello, el presidente de la CEOE anima a que se tenga en cuenta “la opinión de los ingenieros ya que producir queroseno sintético es mucho más costoso que utilizar el Co2 que salen de las plantas industriales que valdrían para este queroseno”. Por este motivo subraya que desde la CEOE quieren “apoyo, estabilidad y objetivos equilibrados” dentro de las posibilidades actuales para alcanzar esa agenda 2050 que plantea que el sector aéreo alcance las cero emisiones.
Por su parte, el presidente de ALA, Javier Gándara, incidió en que “hay que asegurar que podemos llegar a ese ansiado objetivo de una aviación descarbonizada” ya que el sector de la aviación “es uno de los sectores más difíciles para la descarbonización”.
Para conseguir este plan, Gándara ha explicado la inversión que se está realizando en tres pilares fundamentales: “generar tecnologías alternativas al queroseno, realizar mejoras operaciones que se pueden hacer en tierra y aire y crear combustibles sostenibles de aviación que se puedan mezclar en los aviones actuales con queroseno”.
Asimismo, en cuanto a las propuestas regulatorias, el presidente de ALA ha hablado sobre el paquete de comercio y mecanismo de derechos de emisión, en los que “la aviación es el único medio de transporte incluido en ese sistema” así como “del reglamento que ayuda a que se produzca más combustible sostenible y el posible impuesto a los billetes de aviación. Todas estas medidas tienen impacto, pero de lo que se trata es distinguir aquellas que contribuyen a este objetivo final”.
Para Gándara las “fiscales no contribuyen, como la implementación del impuesto verde a los billetes o al queroseno” por lo que hay que tratar de “evitar tomar estas decisiones”.
El impuesto al billete supondría la pérdida de 11 millones de turistas internacionales y 430.000 empleos menos en 2030
Tras estas primeras ideas, el socio responsable de Economics Deloitte, Jesús F. Valero, ha defendido la necesidad de “implementar una sostenibilidad disponible”. Esto se traduce en la existencia de “una serie de programas y medidas que se han implementado en el marco de las medidas Fit for 55” de las que dos medidas, de las tres propuestas desde la Comisión, “ya están en fase de adopción, como la utilización de determinado porcentaje de combustibles de un origen concreto y el impuesto a los querosenos”.
«El impuesto al billete supondría la pérdida de 11 millones de turistas internacionales y, con ello, una reducción del 1.6% del PIB y 430.000 empleos menos en 2030»
Añadió también, que “desde España la propuesta de la secretaria de Estado del Ministerio de Hacienda sugería la incorporación de un impuesto sobre los billetes”, una implementación que Valero ha calificado como negativa ya que “altera la estructura de costes elevando lo costes de la compañía”, lo que supondría que “el número de turistas descienda y, en paralelo, se reducirá el gasto del turismo» afectando a los sectores tanto directa como indirectamente. De igual modo, destacó que a pesar de que la Comisión Europea cuando presenta sus estudios de impacto «lo hace de manera global», estas medidas pueden tener un efecto desigual dependiendo del país: «Si todas las medidas se aplicasen de forma conjunta, en 2030, el número de turistas internacionales sería inferior a los prepandémicos”, ha alertado Valero.
En cifras, el impuesto al billete supondría “la pérdida de 11 millones de turistas internacionales y, con ello, una reducción del 1.6% del PIB y 430.000 empleos menos en 2030”, según datos recogidos por el informe “Volando hacia un futuro sostenible”, concluyendo, además, que “las medidas fiscales agravan la pérdida de empleo que generaría la implementación de las medidas medioambientales. Todos los estudios ponen de manifiesto que en las decisiones políticas es un objetivo compartido, pero en cómo se logra eso debemos tener en cuenta los impactos idiosincráticos, en particular en países como España”.
Ninguno de los representantes del Gobierno ha querido participar en el debate
Para el director corporativo de Iberia, Juan Cierco, estamos ante un “reto descomunal. “Tenemos un compromiso fuerte de acometer esto, y que estos logros se consigan con éxito, pero hay que hacerlo desde la cordura a través de una transición equilibrada” ha reiterado, además de insistir en que va a ser más complicado alcanzar los objetivos “sí no somo capaces de hacerlo todos juntos a través del diálogo y de una manera público-privada en las que nos sentemos todos de una manera constructiva” por lo que “hay que invertir juntos en la investigación”.
Al preguntarle sobre la importancia que tiene en este contexto la economía sostenible, Cierco indica que “la aviación es el sector que más ha invertido en la lucha a favor de la sostenibilidad con la reducción del 35% de las emisiones, la creación de nuevos aviones como los aviones de corto radio” y el actual trabajo que están realizando con “el hidrógeno y la energía verde”.
Ha indicado, asimismo, que la economía sostenible es clave para este impulso, afirmando que “existen los fondos europeos suficientes pero que no saben dónde invertir” por lo que anima a que se inicie “en invertirlos en la creación de fábricas de consumo sostenible”.
Cierco ha señalado, además, que “ninguno de los representantes del Gobierno ha querido participar, pero se necesita hablar con ellos para alcanzar estos objetivos. No está en juego el futuro de la aviación, está en juego el futuro de la economía, de la sociedad y del país”.
De esta forma ha concluido su intervención, advirtiendo que “no es lo mismo lo que se juega España, que lo que se juega Bélgica o Alemania. Tenemos que ser conscientes de que el principal aliado debe ser el Gobierno y las instituciones para trabajar, junto con las compañías aéreas”.
«No está en juego el futuro de la aviación, está en juego el futuro de la economía, de la sociedad y del país”
Juan Cierco, director corporativo de Iberia
Por otro lado, para la Global Development de Meliá Hotels International, María Zarraluqui, “el cambio climático es una realidad. Esto está en la agenda política y debemos actuar al respecto”, y a pesar de que el sector hostelero está trabajando en ello, “el gran punto fundamental es cómo se hace y qué consecuencias tiene para que esto no recaiga en el PIB” así como “determinar la gestión de estos recursos impositivos”.
Para finalizar, los datos del nuevo informe señalan “la importancia de que las decisiones políticas tengan en cuenta, los impactos sobre la economía y el empleo, especialmente en aquellas donde el sector turístico es un motor económico principal, como sucede en España”.
Por lo que, desde el sector aéreo y turístico, piden “prudencia” a la hora de ejecutar las nuevas medidas ya que, de hacerlo de una forma impositiva, pondrían en riesgo la creación de miles de empleos, el desarrollo del sector turístico y hostelero y, con ello, estaría en riesgo el crecimiento del PIB en nuestro país.
En el encuentro también se han dado cita otras personalidades del sector, como Jesús Nuño de la Rosa, consejero delegado de Air Europa, Carlos Bertomeu, presidente de Air Nostrum, y Javier Sánchez-Prieto y Carlos Gómez, presidentes de Iberia e Iberia Express entre otros.
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